sábado, 29 de noviembre de 2008

Niza y la Costa Azul

Por la mañana nos dirigimos a Cannes, famosa por su festival de cine y las Celebrities que allí se dan cita. Y eso es precisamente lo que debe tener, porque como ciudad no merece la pena perder el tiempo en ella.

Muchas tiendas de los diseñadores más famosos, hoteles de superlujo, embarcaderos privados frente a los hoteles, y una playa estrecha y pedregosa. Al menos la parte vieja situada en un alto ofrece vistas interesantes de la costa.

No estuvimos mucho tiempo allí, y volvimos a Niza. Recorrimos el Promenade des Anglais desde el Palacio Negresco hasta el centro, en uno de los mejores paseos marítimos, y subimos a la ruinas del castillo, desde el que se divisan unas magníficas vistas de la bahía de Niza y de toda la ciudad. A los pies de esta colina queda la "Vieja Niza", el casco histórico, que en cierta medida, me recuerda mucho a Cádiz, con sus estrechas calles mirando al mar, y que ofrece un atardecer espectacular. Me lo había dicho mi cuñada Vanesa, y es cierto, Niza tiene uno de los atardeceres más bonitos que hay. El sol se pone por detras de las montañas, delante de las cuales queda toda la bahía y el paseo marítimo de la ciudad. No es de extrañar que hubiera mucha gente sacando fotos de ese momento.

Por otro lado, Niza tiene una vida social agitada. Las calles de la ciudad vieja están llenas de gente tomando un café en una terraza (pese a que haga frío), y cenando en uno de los muchos restaurantes que hay en la Rue de France y los alrededores del espacio Massena y aunque nosotros no lo vimos, debe tener bastante marcha nocturna. Una pena, porque era sábado y podríamos haber salido, pero no nos encontrabamos bien.

Es además una ciudad con varios museos importantes, como el de Arte Moderno y Contemporáneo, el Museo Matisse y el Museo Chagall. Como curiosidad, existe una catredral ortodoxa que hizo construír el Zar Nicolás II.

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